TIENE EN SU CESTA DE LA COMPRA
En total $ 0.00
Difícilmente encontraremos voces disidentes que contravengan que los derechos humanos son la máxima expresión de la justicia y que su defensa es un derecho y un deber de todas y todos, ya que indudablemente estas prerrogativas constituyen verdaderas expectativas para la protección y respeto debe garantizarse como un deber esencial del estado, a través de la creación de mecanismo suficientes para poder hacerlas exigibles y, ante su transgresión, hacerlas justiciables.